"Durante la semana, mi vida cambiaba mientras por fin escuché la historia completa de Dios. Lo recuerdo claramente, sentada en el salón y el charlista me contó acerca de Dios ‘poniéndose la piel’ y se ofreció a morir. Las lágrimas fluían por mis mejillas, y sentí que el charlista me hablaba directamente a mí. dios cambió mi vida esa semana."